Son las 4:30 de la mañana y aqui estoy luchando contra la almohada y pidiendole a mi cabeza que me deje tranquilo.
Me acompañan unos adorables ositos de gominola y una cuentra atras que me dice que en apenas una hora y media tendre que levantarme, vestirme y administrar otro dia.
Tengo la cabeza llena de preguntas de las que conozco la respuesta y de las que no quiero saberla.
En todo camino hay baches, que intentan desestabilizarnos, que perdamos el rumbo. Baches nuevos y baches que se repiten una y otra vez.
Pero llega un momento que como el pastor que recorre todos los años el sendero que le separa de los mejores pastos, los baches del pasado nos son indiferentes, conocidos, faciles de sortear.
Al final acabas afinando y conociendo que es lo que realmente quieres en la vida en gran medida y quien quieres que te acompañe.
No es una busqueda facil, pero a base de ir tachando vas recortando baches y convirtiendolos en anecdotas.
Parece que el tiempo transcurre a velocidades muy diferentes para unos y para otros.
Al igual que hay gente a la que le cuesta poco olvidar, pero en el fondo lo unico que hacen es engañarse a ellos mismos...
This show must go on...
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