Sin duda uno de los mejores momentos para pensar las cosas, para analizarse a uno mismo, un momento perfecto para encontrarse, para abrir la mochila y ver que queda en ella, quien sigue estando ahí... Y ese momento se presenta cuando uno esta muerto, cuando se esta hecho polvo, molido, amoratado y golpeado, dolorido en cada rincón del cuerpo.
Este tipo de dolor ayuda a pensar con mas claridad, a curar otro tipo de dolores, mas profundos, grabados a fuego por una llama que una vez ardía con fiereza...
Creí durante un tiempo que la mejor forma de acallar esas voces que me susurraban al oído, era con otra voz real. Una voz que sustituyera a la anterior y la hiciese desaparecer, algo que no había hecho antes y que supongo que se me pego...
No podía estar mas equivocado. Eche el freno de mano bien fuerte. Necesitaba tiempo para mi, para volver a brillar y para volver a destrozarme el cuerpo y pensar desde este estado en el que la única parte que no grita es la cabeza. Un aislamiento doloroso y gratificante.
Una vieja amiga que en cierta medida ha vuelto a mi vida, me enseño una lección tan fácil con tan solo 2 frases con la simpleza de un chupachups... Break those links...
Te acabas dando cuenta de lo que verdad fuiste for... y sonríes con la inocencia de un niño y lloras con la vergüenza de un adulto...
Porque hay conquistadores que consiguen mas victorias y recuerdos en una semana ajetreada, en un rió revuelto, en una noche de alcohol, que un triste caballero que se quita el sombrero, cada día...
Pero esto es lo que hace a la vida algo incierto, algo con un toque de locura, de surrealismo, de baraja de naipes...
Algún día tocará desandar lo andado, volver a atrás. Si algo me he prometido hacer es cumplir esas cuatro frases que un día puse. Una entrada, un puñado de letras para cada una de ellas...
Pero ese día aun no ha llegado, aun queda un largo viaje...
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