Llegó el momento de ir sacando la ropa vieja del armario. Soltar lastre, liberar un pelin la cabeza, disminuir las variables...
Esa camiseta de la que te enamoraste hace tanto tiempo, que se convirtio en parte de tu vida hasta el punto de que olvidaste que en el fondo era tu favorita.
Desgastada, descolorida y que cada dia te ponias menos...
Pero llego el frio y te volviste a acordar. Se convirtio en un elemento recurrente que te proporcionaba una ligera sensacion de bienestar cada vez que te la ponias, pero un tremendo dolor cuando te la quitabas.
Una sensacion que tardaba varios dias en desaparecer, que cada ciclo te costaba mas lidiar con ella...
Y llego el momento, el momento en el que te diste cuenta de que esa camiseta, de la que te intentaste convencer multiples veces que no amabas, nunca seria lo que esperabas...
Abriste el contenedor y dejaste que siguiera su camino...
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